La Diputación aporta 30.000 euros para la rehabilitación de la ermita del Calvario de Bornos

Ermita del calvario.
Ermita del calvario.

La Diputación de Cádiz va a subvencionar con 30.000 euros la rehabilitación de la ermita del Calvario de Bornos, un edificio del siglo XVII que “necesita una reparación urgente para evitar el peligro de derrumbe”. Según el organismo provincial, “la ermita del Calvario de Bornos presenta actualmente importantes problemas en su estado de conservación, especialmente de su cubierta, que obligan a una actuación urgente, puesto que de no hacerse podría entrar en peligro de derrumbe”.

En un comunicado difundido el 16 de mayo de 2015, la Diputación expresó: “Los vecinos y la parroquia de la localidad están sufragando parte de los gastos de restauración. Los cultos religiosos se encuentran limitados por el estado de la ermita, un edificio emblemático de la localidad serrana de la que sale en estación de penitencia la popular Hermandad del Santo Entierro, que acompaña a los pasos de Las Magdalenas, la Urna y Nuestra Señora de la Soledad. Destaca en su construcción su fachada triangular, que ofrece una bella hornacina, rematada con una espadaña típicamente barroca.

Bornos ya perdió importantes edificios históricos de su patrimonio, como la ermita de la Veracruz o la ermita de la Caridad. Muchos vecinos de la localidad han mostrado su preocupación para evitar la desaparición de otro de los elementos arquitectónicos más significativos de la localidad.

La Ermita del Calvario, según el padre fray Pedro Mariscal, la construyeron los propios vecinos de Bornos con sus limosnas. En 1670 edificaron en ella una capillita y en 1696 se recogió en el albergue que está adjunto un ermitaño, llamado el hermano Mendoza, natural de Córdoba. Este, con las limosnas que solicitó de los vecinos, añadió otro cuarto a la capillita, en forma de cuadro y a modo de media naranja, ayudándole en sus actividades el monasterio de San Jerónimo.

Cuentan también los anales que quienes se ocuparon constantemente de las necesidades del hermano Mendoza fueron los franciscanos del convento de San Bernardino de Siena. Ellos implantaron un vía crucis, imitando al que había instituido don Fadrique Enríquez de Ribera en el Monasterio de los Jerónimos, partiendo de la puerta de su convento hasta la ermita del Calvario, vía crucis que se frecuentaba los viernes, especialmente los de cuaresma. Aún se conservan algunas cruces y capillas que indicaban las estaciones de la vía sacra”.

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