‘Echarse al monte’, por Pedro Bohórquez Gutiérrez
Texto: Pedro Bohórquez Gutiérrez
El verano ha sido largo y ha llegado por fin el tiempo de echarse al monte. Hoy lo hemos hecho por unas horas, intensas, y como más merece la pena: por todo lo alto y como si estuviésemos fugados de verdad, en pugna con la luz de unas tardes cada vez más breves, confundida nuestra condición de perseguidores de sus últimos rayos declinantes con la de perseguidos por la sombra repentina de los atardeceres de octubre. Para hacerlo a lo grande lo hemos hecho retrepando a las altas cumbres de los tajos de El Algarín, por encima de El Gastor. Las cumbres de Los Algarines -me permito el plural, pues son dos- se yerguen a mil metros de altitud sobre el nivel del mar, al pie casi de las aguas del embalse de Zahara-El Gastor, de las que parecen surgir como dos...