El alcalde de Puerto Serrano, Francisco Javier Galvín, anunció el 10 de diciembre de 2014 su intención de encerrarse desde esa noche en el Ayuntamiento de esta localidad con una doble intención: «en primer lugar, exigir a las administraciones respuestas inmediatas a la situación crítica que vive Puerto Serrano, con una tasa de paro superior al 40% y una renta familiar situada entre las más bajas de Europa; en segundo lugar, pedir un balón de oxígeno para un Ayuntamiento que vive una “asfixia financiera” que ha hecho que los trabajadores acumulen hasta seis nóminas de atraso».
“Una situación va ligada a la otra”, explica Francisco Javier Galvín, para el que el Ayuntamiento “ha sido durante estos años el último sostén de muchas familias que no podían pagar el agua, la luz o que vivían instaladas en la exclusión social, con dificultades incluso para conseguir los productos más básicos”. “Ahora, la situación es más insostenible todavía, porque el Ayuntamiento también vive una asfixia financiera que nos está impidiendo atender a las necesidades más básicas del pueblo, incluyendo, por supuesto, las nóminas de los trabajadores, que tienen todo el derecho a cobrar por el buen trabajo que han realizado”.
Galvín explica que, a pesar de la falta de recursos económicos del Ayuntamiento, “hemos venido sacando adelante los servicios básicos, sin liquidar ninguno de ellos, como la Residencia de Ancianos, y también estamos intentando aguantar sin tener que recurrir al despido de trabajadores, algo que seguimos considerando la última frontera que se puede cruzar, pero el precio que están pagando los propios empleados municipales es altísimo y yo, como alcalde y como vecino, no puedo consentirlo por mas tiempo”.
El alcalde exige que administraciones “con más recursos” se hagan cargo de que la situación de Puerto Serrano es “excepcional y exige medidas excepcionales”, ya que la crisis se ha cebado con una población que ya de por sí tenía una renta bajísima, ya que vivía esencialmente de la construcción y de la agricultura, y ambos sectores han sido “machacados” en los últimos años por el desempleo.
“Nosotros hemos llegado hasta donde hemos podido, pero ahora es el momento de que otros también se impliquen y reconozcan la singularidad de Puerto Serrano, señalada por distintos estudios como una de las poblaciones más pobres de Europa, y actúen en consecuencia con respecto a esa situación de excepcionalidad con medidas que entendemos que tienen que ser también excepcionales, acordes con la realidad que estamos viviendo”.
Preguntado sobre las medidas concretas, Galvín pide “una inyección de liquidez” (“estoy seguro de que hay fórmulas”, explica) para hacer frente al pago de las nóminas y “un plan especial de empleo para nuestra población y otras que presente las mismas cifras catastróficas, algo que nos ayude a combatir una situación estructural agudizada por la crisis”.