Ecologistas en Acción, contra la construcción de ‘una mansión de 800 metros cuadrados’ en el Parque Natural Sierra de Grazalema

Cortijo El Navazo, uno de los existentes en las fincas de la sociedad Breña del Agua Inversiones S.L.
Cortijo El Navazo, uno de los existentes en las fincas de la sociedad Breña del Agua Inversiones S.L.

El colectivo Ecologistas en Acción difundió el 5 de julio de 2019 el siguiente comunicado: “La Junta Rectora del Parque Natural Sierra de Grazalema abordará, en la sesión convocada para el próximo lunes, el proyecto de construcción de una mansión dentro de este espacio protegido. La sociedad promotora, Breña del Agua Inversiones S.L., cuyo titular es el conocido magnate belga Marnix Galle, se hizo tristemente famosa al estar imputados algunos de sus responsables por el presunto intento de implicar al representante ecologista en este Parque Natural, Juan Clavero, en una trama de tráfico de drogas.
Ecologistas en Acción se ha opuesto desde un inicio a este proyecto, claramente especulativo y de alto impacto ambiental, y que, de autorizarse, crearía un peligroso precedente. De hecho, hemos presentado alegaciones contra el Proyecto de Actuación presentado por esta sociedad, que se ha convertido en la mayor propietaria privada de fincas en este Parque Natural. El proyecto incluye una gran mansión de lujo de 798 m2 en la finca Llano del Espino, propiedad de esta sociedad.
Este proyecto no tiene justificación alguna. La sociedad alega que carece de viviendas para los guardas de la finca, lo que es falso. Esta sociedad tiene tres grandes cortijos: el Navazo, Llano del Espino y Casa Amarilla, y los guardas tienen su residencia en los pueblos vecinos. Además, no es creíble que un complejo residencial con dos viviendas de 244 m2 y 302 m2 sea para los guardas de la finca. Lo más previsible es que unas viviendas de estas dimensiones se dediquen a segunda residencia del propietario y a alojamiento del turismo cinegético que promueve esta sociedad en las numerosas fincas adquiridas recientemente: Breña del Agua, Valdihuelo, El Navazo, Rancho del Moro y Llano del Espino, que suman casi 2.000 hectáreas”.

El comunicado de Ecologistas en Acción continúa: “Del análisis del proyecto se deduce, claramente, que se trata de una instalación turística encubierta para los cazadores de alto nivel económico que acuden a estas fincas para matar los numerosos ciervos, corzos y cabras montesas existentes, ya que estas fincas son colindantes con la zona de Reserva del Parque Natural –que incluye al famoso Pinsapar-, donde abundan estas especies silvestres, y donde no está permitida la caza. Los numerosos animales que se crían en esta tranquila Reserva pasan a menudo a las fincas mencionadas, en las que, curiosamente, no hay mallas cinegéticas, donde son cazadas sin reparo. El proyecto incluye también un “pabellón cinegético”, de 244 m2, seguramente destinado a servicios de hostelería. Lamentable e incomprensiblemente, tanto el Ayuntamiento como la dirección del Parque Natural apoyan este proyecto, admitiendo el subterfugio de “casas de guarda”. El proyecto deja claro el destino de esta mansión: “La filosofía del proyecto es que los cazadores que vienen a las fincas en busca de tener días memorables, y gracias a un juego deportivo de alto nivel, hermosos paisajes, excelentes comidas, alojamiento de lujo, buena organización y un ambiente familiar agradable, se conseguirá exactamente eso”.  Queda claro que con este proyecto desupuesto cortijo se pretende encubrir unas instalaciones de hostelería y alojamiento que tienen otros trámites más complejos para justificarlos, incluido una evaluación de impacto ambiental que no se ha realizado.

Estas fincas están incluidas, además, en la Red Natura 2000 y siendo pues de aplicación la Directiva Hábitat 92/43/CEE. Esta Directiva, en su art. 6.3 indica que: “Cualquier plan o proyecto que, sin tener relación directa con la gestión del lugar o sin ser necesario para la misma, pueda afectar de forma apreciable a los citados lugares, ya sea individualmente o en combinación con otros planes y proyectos, se someterá a una adecuada evaluación de sus repercusiones en el lugar, teniendo en cuenta los objetivos de conservación de dicho lugar”.

Hay que destacar que esta sociedad es la que viene cerrando y usurpando varias vías pecuarias y caminos públicos, habiendo implantado un régimen policiaco, con alambradas y guardas de seguridad que acosan y amenazan a los pocos ciudadanos que se atreven a circular por estos caminos públicos.

Ecologista en Acción propondrá a la Junta Rectora que se desestime este proyecto y se deje claro que las instalaciones turísticas deben ubicarse en los núcleos urbanos del Parque Natural, donde crean más empleo local y valor añadido”.

 

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