El colectivo Ecologistas en Acción difundió el 26 de junio de 2020 el siguiente comunicado: «La Junta de Andalucía ha procedido de nuevo a fumigar las cunetas de la carretera de El Bosque a Grazalema con el polémico herbicida glifosato. La Junta de Andalucía, que administra este parque natural, sigue haciendo oídos sordos a las advertencias sobre las graves consecuencias que puede acarrear el glifosato sobre el medio ambiente y la salud de las personas.
La justificación que suele utilizar es que se fumiga para prevenir incendios forestales y mejorar la visibilidad de las carreteras. Ambos argumentos son totalmente falsos. Lo que se está haciendo es provocar que la hierba se seque antes de tiempo, por lo que aumenta el riesgo de incendios, y el secar las ramas de los arbustos no mejora ninguna visibilidad. La opción más viable técnica y ambientalmente es el desbroce y poda mecánica de la hierba y los arbustos que se desarrollan en las cunetas, lo que ya se ha hecho con resultados positivos en otras carreteras. Además, aumenta la necesidad de mano de abra. Por ello, no se entiende el empecinamiento de las administraciones en seguir usando el glifosato. Sería interesante que hicieran públicos los contratos con las empresas suministradoras y fumigadoras de glifosato».
El comunicado continúa: «Estas fumigaciones se desarrollan coincidiendo con el acuerdo al que han llegado la compañía química y farmacéutica Bayer -que adquirió a Monsanto, el principal fabricante de glifosato-, con los 125.000 demandantes contra Bayer, a los que va a indemnizar con 10.715 millones de euros por el potencial efecto cancerígeno del herbicida Round Up, la marca más habitual bajo la que se comercializa el glifosato.
El glifosato es un producto altamente tóxico que la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), dependiente de la OMS, ha clasificado como potencialmente cancerígeno, pudiendo también provocar alteraciones endocrinas. Pero tanto la Junta de Andalucía como la Diputación provincial siguen con la política de que hasta que no se prohíba, lo que podría hacer en breve la UE, seguir utilizándolo, aunque las consecuencias para el medio ambiente y la salud de las personas sean irreversibles. Se actúa con la misma irresponsabilidad que se actuó con el DDT, la uralita, el tabaco… al servicio de los grandes lobbys industriales.
La Junta no advierte a la población local, como obliga la ley, de las consecuencias de este herbicida para que adopten medidas preventivas. Las fumigaciones envenenan y secan la hierba de las cunetas, de la que se alimenta la fauna salvaje y el ganado. Estas fumigaciones pueden provocar daños irreparables al creciente sector de la agricultura y la ganadería ecológica en este parque natural.
Ecologistas en Acción le pide públicamente Francisco Moreno, el nuevo presidente de la Junta Rectora de este parque natural, que se estrene, y que haga las gestiones necesarias para que se deje de envenenar este emblemático parque natural».