«Las despedidas están siempre cargadas de tristeza, sobre todo si la relación mantenida ha sido tan duradera e intensa como la que yo he tenido oportunidad de vivir en el desempeño del cargo de alcalde. No obstante, no es el final del camino, si no un punto y aparte en este largo e ilusionante viaje, que emprendimos allá por el año 1991 y que, como no podía ser de otra manera, ha estado cargado de emociones y de todo tipo de vicisitudes...
Me siento profundamente agradecido, por la confianza que en mi habéis depositado, por el cariño recibido y, principalmente, por haberme permitido forma parte de vuestra vida, compartiendo sueños e inquietudes; honrado y orgulloso de haber sido alcalde de Puerto Serrano, cargo que ha colmado todas mis aspiraciones personales y políticas; feliz, en defini...